COLMENILLA
Cruda resulta tóxica, conviene cocinarla mucho, hasta la exageración
Vulgar o bastarda. Adjetivos duros para una variedad de inocente y auténtico placer gustativo, pero así se llaman algunas de las clases de colmenilla de color parduzco y delicado perfume que crece en prados, alamedas, cerca de torrentes y en bosques quemados.
Tiene forma de pirámide, con huecos entrantes, como las celdillas de un panal (de ahí su nombre). Cruda resulta tóxica. Hay que cocinarla mucho. Su carne es blanca y delgada. Ideal para contrastar sabores.
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